miércoles, 8 de abril de 2015

Vals del oráculo



Fue una tarde. Era otoño.
Me senté al piano y salió.  
Sonó la melodía que llevaba meses en mi cabeza. Mi ostinato.
Sonó triste, en do menor.
Nunca antes me había pasado.
No me ha vuelto a pasar.
Buanorrotti, el futuro, la visión, el bloque. Qué curioso, el bloque. 
Lloré.
 no.
La melodía y la armonía, el negro y el blanco.
La premonición de estar descompasados, de ser un oxímoron.
Un, dos, tres; un, dos, tres.
Llanto en do menor.
Ese día lo supe. Fue así como se me reveló. Pura emoción.
Nunca serías mío ni yo tuya.
A partir de ese día me dio miedo escuchar las melodías, mis gusanos.
Pero fue maravilloso.
Un, dos, tres; un, dos, tres.

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